Yuste
Con Yuste I y con Yuste II, Axel Hüttle me marcó un gol jugando en casa.
Dolió placenteramente ya que ante la belleza natural el ego se aparta en silencio, dejando un embriagante espacio de conciencia suspendida.
Ahora que las imágenes de Hüttle han pasado a mi imaginario particular mezclándose con mis recuerdos personales, cuando paso por la comarca De la Vera trato de adivinar el gesto de la mirada de la escuela de Düsseldorf, y subirme a su estela.
Tantas veces miramos sin ver, como veces necesitamos que vengan de muy lejos a enseñarnos a ver la belleza de nuestra propia sombra.