La fotografía de espectáculos es una comunión entre dos universos creativos.
En su ecosistema bidimensional, el fotógrafo actúa como intérprete: adivina la intención de director, los guionistas e intérpretes, entiende sus herramientas e inquietudes.
Desde el papel que le corresponde en ese engranaje creativo debe tomar decisiones comprendiendo lo que está pasando, saber leer los tiempos para anticiparse. educar la visión perimetral para no perderse nada. estar preparado para cualquier cosa en cualquier momento, eso si, sin perder el ancla, la tranquilidad, la visión.
Y muy importante, ser capaz de mantener el ego a raya para poder poner el arte fotográfico al servicio de las artes escénicas.
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